Los efectos de la caída de toneladas de arena y ceniza volcánica provenientes del cordón Caulle-Puyehue en 2011 lograron despertar miles de voluntades ante la convocatoria de Red Solidaria: Bariloche Mi Casa. El Día de la Bandera recobró entonces significado. Y simbolismo. Una actividad que integrantes de Plan B Cuadrilla extendieron a escuelas y otros espacios públicos.
Medios de comunicación locales, regionales y nacionales reflejaban el gesto de una comunidad que afrontó, de pie y actuando, una contingencia natural que la puso a prueba.
Reseñas periodísticas siete años atrás
El diario La Nación publicaba el lunes 20 de junio de 2011 una crónica firmada por Soledad Maradona. Bajo el título Miles de vecinos limpiaron voluntariamente el centro de Bariloche, señalaba que a las mil personas distribuidas en grupos de veinte voluntarios cada uno, cientos fueron sumándose espontáneamente.
«Vine con ganas de ayudar, de darle ánimo a la gente que está tan triste con esto que nos está pasando y aportar mi granito de arena aunque suene paradójico en este momento», dijo Mirta una vecina del barrio Nueva Esperanza.
También Paula, en la zona de la Costanera y con escobillón en mano, relató a La Nación que fue su deseo de «volver a tener los colores de siempre» lo que la motivó a sumarse a la convocatoria solidaria.
Mientras los grupos distribuían sus tareas en las escalinatas de la Municipalidad, llegaban mensajes de apoyo grabados por artistas como Ricardo Montaner, Ricardo Arjona, Liliana Herrero, Juan Carlos Baglieto y Luciano Pereyra, entre otros.
La agencia oficial Télam destacó el reinado del espíritu solidario: alrededor de dos mil vecinos de Bariloche salieron hoy a las calles con palas, carretillas, escobas y escobillones para limpiar de arena y cenizas volcánicas el casco céntrico de la ciudad, en una tarea convocada espontáneamente desde las redes sociales en internet.
Coordinadores, supervisores y trabajadores voluntarios lograron limpiar en horas el micro y macro centro. Camiones municipales y de empresas privadas retiraban las montañas de arena trasladándola a la cantera municipal. Confiterías y chocolaterías dispusieron la entrega de café y chocolate a los voluntarios quienes también contaron con viandas especialmente preparadas.
La convocatoria, agregaba Télam, “incluyó a políticos y autoridades municipales de todas las áreas, integrantes de juntas vecinales del ejido urbano, sindicatos, deportistas, artistas, comerciantes, trabajadores de diversos rubros y familias completas, con abuelos y niños incluidos. El espíritu dominante fue el buen humor y la satisfacción de sumarse a colaborar por la ciudad”.
Además de los residentes participaron algunos turistas como el filipino Víctor Santamaría, quien recorría el continente desde Canadá a Ushuaia en moto. Además de sacar fotos, tomó una pala. «Es emocionante ver a una comunidad limpiando su ciudad, nunca vi nada igual», dijo.
El diario digital Bariloche2000 destacaba: un altísimo número de barilochenses se sumó a la jornada de limpieza ´Bariloche, mi casa´ que superó largamente las expectativas de los organizadores. Algunas estimaciones hablaron de unas 6.000 voluntades, pero lo concreto es que grupos de amigos, familias, vecindario, comerciantes, trabajadores, gremios, funcionarios y empleados estatales aunaron su esfuerzo para retirar de los espacios comunes del centro la arena acumulada y, en muchos casos, adherida al asfalto y las veredas. Sin precedentes.
Al finalizar la jornada de seis horas de trabajo la ciudad contabilizaba 200 cuadras y 8 plazas limpias, más de mil camiones de material volcánico recogido por unas setenta máquinas, camiones y motoniveladoras. A los 2.000 voluntarios organizados, unos 4.000 sumaron su trabajo espontáneamente.
La multitudinaria adhesión permitió ampliar la zona propuesta, que abarcaba desde el kilómetro 1 de Bustillo hasta Onelli y Avenida 12 de Octubre hasta Moreno, llegando hasta Elordi y Tiscornia, reseñaba Bariloche2000.
La segunda jornada de limpieza fue en el sector sur de la ciudad, Pampa de Huenuleo, una semana después.
Plan B Cuadrilla
Integrantes de Plan B Cuadrilla visitaron establecimientos educativos tanto en la ciudad como en zonas rurales. También realizaron trabajos de limpieza en el Hospital Zonal.
Lograron establecer profundos lazos con las comunidades educativas. Invitados a participar del cierre del ciclo lectivo en la Escuela 98 de Pichileufu Abajo, asistieron al acto de celebración de la Revolución de Mayo, el 25 de mayo de 2012.
Fueron tres las jornadas que los integrantes de Plan B Cuadrilla dedicaron a trabajar en la limpieza de patio y alrededores de esa escuela. Silenciosa y solidariamente hombres y mujeres citadinos destinaron su esfuerzo a contribuir al bienestar de quienes durante meses convivieron con la molesta presencia de ese polvillo.
Poco a poco, con la simpatía de la directora del establecimiento Mirna Marín como nexo, fueron derribándose lógicas y tradicionales desconfianzas. Como en cada una de las escuelas a las que concurrió Plan B. Y en cada caso, sin otra remuneración que los gestos de satisfacción de alumnos y pobladores que comprobaban la efectividad del dicho: la unión hace la fuerza.
Registros fotográficos y videos dan cuenta del antes y después. Imborrables en el recuerdo de los protagonistas, hablan de nexos indelebles.
La situación de aquellos pobladores mereció una reflexión:
Duele. Si, duele el corazón. Duele la impotencia, duele la desazón. Duele saber que son meses, día tras día soportando nubes de ceniza que simulan cortinas. Cortinas que parecen cubrir las necesidades más urgentes porque ahora, además de todo, hay que luchar con la ceniza.
Imagino, y sólo eso, el sentimiento que corroe esperanzas. Por un momento construyo en mi mente el interior de una modesta vivienda donde al humo producido por la leña ardiendo suma ahora su opaca presencia la ceniza que proviene de un lejano volcán.
Asumo personas atentas al cielo. Miradas expectantes intentando divisar nubes que presagien lluvia. Agua que aplaque el molesto polvillo que lo impregna todo, que penetra en el cuerpo desprovisto de barreras. Pero no… Las nubes no traen lluvia.
No queda más que observar los signos que provee la naturaleza. Algunas noticias de la única radio con alcance suficiente para llegar a los parajes aportan datos que no resultan suficientes para comprender qué ocurre.
Claro que quienes esforzada y -en ocasiones- forzosamente residen en el campo, tienen la piel curtida por el sol y el viento. Y el alma, por otras circunstancias…
Parece que, como siempre, reciben resignadamente lo que les es dado. Sufrimiento silente que hace mella, que va dejando huellas indelebles. ¡Vaya fuerza y valor que les han sido otorgados!
Basta observar los ojos para descubrir tristeza. Pero tras las miradas asoman inmaculados esos dones recibidos. Representan la voluntad de continuar pese a todo, de hacer frente a las contingencias, de encarar la vida con la frente alta.
El 20 de junio de 2013, desde su muro en Facebook el grupo recordó “esa energía tan especial que nos unió y luego nos acompañó durante muchísimas jornadas en distintas escuelas de Bariloche y parajes de la Línea Sur” a través de un video.
“Recordemos y revivamos aquel día hoy y todos los días. Buscando acortar diferencias y distancias. Compartiendo, colaborando, tirando juntos para el mismo lado. Unidos bajo una misma bandera, la de todos. ¡Feliz 20 de Junio!, deseaba “la muchachada de Plan B Cuadrilla”.